November 2, 2025
Imagine una planta química llena de gases inflamables y explosivos, donde incluso una pequeña chispa podría desencadenar consecuencias catastróficas. En la automatización industrial, garantizar tanto la precisión de la transmisión de datos como la máxima seguridad presenta un desafío constante. Los transmisores de dos y cuatro hilos, como dos métodos comunes de transmisión de señal, exhiben diferencias fundamentales que determinan directamente su idoneidad para diversas aplicaciones.
Los transmisores de cuatro hilos suelen funcionar con fuentes de alimentación de 110 V o 220 V, lo que les permite accionar directamente relés, bombas, válvulas solenoides y otros actuadores para el control inmediato de dispositivos de campo. Sin embargo, en entornos de alto riesgo, este método de alimentación de alto voltaje presenta posibles riesgos para la seguridad. Cualquier mal funcionamiento podría generar chispas capaces de encender sustancias inflamables con resultados devastadores.
Por el contrario, los transmisores de dos hilos utilizan un funcionamiento alimentado por bucle con fuentes de alimentación de CC de bajo voltaje de 24 V. Este diseño de bajo voltaje y baja corriente reduce significativamente los riesgos de seguridad. Incluso durante los fallos de funcionamiento, no pueden producir chispas lo suficientemente fuertes como para encender materiales explosivos. Además, los transmisores de dos hilos suelen conectarse a Sistemas de Control Distribuido (DCS) u otro hardware centralizado de adquisición de datos a través de señales de corriente de 4-20 mA para la transmisión y el control de datos.
Los transmisores de cuatro hilos mantienen ventajas en escenarios que requieren tiempos de respuesta rápidos y alta precisión de control debido a su capacidad de accionamiento directo de actuadores. Por ejemplo, en líneas de automatización de áreas no peligrosas, estos dispositivos pueden controlar directamente las operaciones de las válvulas para la regulación precisa del flujo de material.
Sin embargo, en entornos que contienen gases inflamables, polvo u otros materiales peligrosos, la seguridad sigue siendo primordial. Los transmisores de dos hilos emergen como la solución preferida con sus características de seguridad intrínseca. Industrias como la petroquímica y la minería utilizan ampliamente los transmisores de dos hilos para monitorear la presión, la temperatura, el nivel y otros parámetros para garantizar operaciones seguras y estables.
Los transmisores de cuatro hilos permiten el control directo del actuador de campo para una respuesta rápida y un funcionamiento preciso. Sin embargo, este método de control directo también crea conexiones eléctricas directas entre los sistemas de control y los equipos de campo. Cualquier fallo del sistema de control podría afectar inmediatamente a los dispositivos de campo.
Los transmisores de dos hilos emplean métodos de control indirectos. Convierten los parámetros medidos en señales de corriente de 4-20 mA transmitidas a los sistemas de control para su procesamiento y toma de decisiones antes de implementar el control del dispositivo de campo a través de otros medios. Este enfoque indirecto aísla eficazmente los sistemas de control de los equipos de campo, minimizando el impacto de las fallas del sistema en las operaciones.
Con respecto a los costos iniciales, los transmisores de cuatro hilos pueden ofrecer ventajas al eliminar componentes adicionales de conversión y aislamiento de señal. Sin embargo, los transmisores de dos hilos resultan más ventajosos en el mantenimiento a largo plazo. Sus características de seguridad intrínseca simplifican y aseguran los procedimientos de mantenimiento en áreas peligrosas, lo que en última instancia reduce los costos operativos.
La elección entre transmisores de dos y cuatro hilos requiere una evaluación exhaustiva de los riesgos de seguridad de la aplicación, los requisitos de control y las consideraciones presupuestarias. En entornos de alta seguridad, los transmisores de dos hilos brindan una protección más confiable, mientras que las variantes de cuatro hilos pueden servir mejor a áreas no peligrosas que exigen una respuesta rápida y un control de precisión. Solo a través de una selección adecuada del transmisor, las industrias pueden lograr tanto la seguridad operativa como la eficiencia de la producción.